Un nuevo ataque contra buses de transporte público ha generado temor en la capital. Presuntos extorsionadores realizaron una balacera en las instalaciones de la empresa de transporte «Santa Catalina S.A.» en el distrito de Villa El Salvador.

El crimen organizado y el sicariato continúan sembrando el miedo en Lima. De acuerdo con reportes preliminares, delincuentes a bordo de una motocicleta llegaron la tarde del 14 de septiembre a la calle Las Vertientes, en el paradero conocido como «Lomo de Corvina», para perpetrar el ataque contra la flota de buses de la empresa Santa Catalina.

Los delincuentes dispararon contra los autobuses que se encontraban en la cochera principal, causando daños materiales, como ventanas rotas y otros destrozos en los vehículos. Afortunadamente, no se registraron heridos ni víctimas fatales, aunque los vecinos de la zona quedaron atemorizados por el peligro de ser alcanzados por una de las balas.

¿Hubo amenazas antes del ataque?

Este atentado no es un hecho aislado. El administrador de la empresa informó que han estado recibiendo mensajes extorsivos en los que se les exige el pago de dinero a cambio de no sufrir más ataques. Se sospecha que los responsables son integrantes de la banda criminal autodenominada «La Batería de San Juan de Lurigancho».

Testimonio de un conductor

Como prueba del nivel de intimidación, existe un video en el que uno de los conductores relata el aterrador momento que vivió el jueves anterior, cuando dos delincuentes lo amenazaron con un arma de fuego, dejando un mensaje para los dueños de la empresa. Este incidente ocurrió con el autobús lleno de pasajeros, lo que incrementó el riesgo.

“Sr. César. Me acaban de poner pistola. Dos jóvenes (delincuentes) han sido. Me dejaron un mensaje para la empresa. No le abrí la puerta y me han querido meter bala, aquí está la gente (pasajeros). No me han robado nada”, se escucha decir al conductor con miedo.

Ante estos hechos, los conductores de la empresa «Santa Catalina S.A.» se encuentran temerosos tras el reciente ataque, que parece tener el propósito de extorsionarlos.

Nosotros en SAEG Security creemos que el ataque contra la empresa Santa Catalina evidencia la creciente amenaza de extorsiones y violencia en el sector de transporte público en Lima. La falta de heridos en este caso es afortunada, pero la vulnerabilidad de los conductores y pasajeros es preocupante. Las organizaciones criminales están utilizando tácticas de terror que afectan no solo a las empresas de transporte, sino también a la comunidad en general.

Para estos casos tenemos algunas recomendaciones que servirán para cualquier empresa de transporte publico:

Implementación de sistemas de seguridad avanzada: Es necesario instalar cámaras de seguridad en las cocheras y dentro de los buses para disuadir ataques y recolectar pruebas que ayuden a las autoridades en las investigaciones.

Coordinación con las fuerzas del orden: La empresa debe trabajar de manera coordinada con la Policía Nacional, compartiendo información y alertando sobre cualquier nueva amenaza. Además, es recomendable solicitar patrullajes más frecuentes en zonas de alto riesgo.

Refuerzo de medidas de seguridad en los vehículos: Los autobuses podrían contar con botones de pánico conectados directamente con las autoridades, además de incluir sistemas de rastreo GPS para monitorear el movimiento de las unidades en tiempo real.

Capacitación de personal: Es crucial que los conductores y el personal administrativo reciban formación sobre cómo actuar en situaciones de emergencia, como ataques armados o extorsiones, con el fin de minimizar los riesgos y garantizar su seguridad.

Campaña de prevención y sensibilización comunitaria: Involucrar a la comunidad y a los usuarios del transporte público en la denuncia de actividades sospechosas, creando canales seguros de comunicación entre los vecinos, las autoridades y la empresa.

Aseguramiento de la flota y del personal: Contratar seguros que cubran los daños materiales y protejan a los empleados frente a situaciones de violencia. Esto puede reducir las pérdidas económicas derivadas de estos ataques.

Estas acciones, combinadas con un esfuerzo de las autoridades por desarticular a las bandas criminales, ayudarán a mejorar la seguridad y la confianza tanto en la empresa Santa Catalina como en el transporte público en general.